Me gustan los retos, y también me gustan mucho los cacharros inteligentes, aquello que solemos llamar «gadgets».
¿Qué echo de menos en una lavadora? Que me avise cuando termine de lavar mi ropa. Sí, algunos modelos hacen sonar una pegadiza musiquita para dejarte claro que han terminado, aunque la mía ni eso… Aunque tuviese una de esas lavadoras cantarinas… ¿Y si estoy escuchando música con auriculares? Pues que tendría que estar pendiente, e ir revisando cada poco. También, los lavados son de duración algo flexible (no existen lavados de X minutos exactamente, ya que según la ropa que metas a lavar, será más sencillo o más dificil hacer el centrifutado). Siempre uso el programa de lavado de 60 minutos, a menos que la ropa esté de verdad muy sucia, pero el lavado en mi caso en verdad es de 63 minutos un día, de 75 el siguiente…
Harto de esto, me he lanzado a abrir mi lavadora y ingeniarme alguna forma de detectar cuándo termina, para así lanzarme una notificación al móvil. Ya si de paso hago que pueda activar el lavado cuando quiera de forma remota, mejor que mejor (mi pobre lavadora low-cost no tiene siquiera función de aplazar el inicio de lavado en X horas…).
Así que bueno… ¿por dónde empezamos? Por un destornillador. En mi caso, los tornillos no eran típicos tornillos de estrella: tenían 6 puntas (tornillos torx), por lo que lo primero que hice fue buscar entre mis herramientas, un destornillador o boquilla que se adaptase.
El problema 
La solución
Tres tornillos más tarde, tengo acceso a las tripas 🙂
Lo que había pensado para detectar cuándo termina el lavado, es fijarme en el cerrojo de la puerta, ya que éste se mantiene cerrado mientras el lavado está en curso, desactivándose cuando el mismo termina. Así que, linterna en mano, me pongo a mirar cuáles de todos esos cables van al cerrojo. Y me encuentro con tres:
Para averiguar cómo es el funcionamiento, pelo parte del aislamiento de los tres cables, y, polímetro en mano, me dispongo a medir voltajes. Lo que encontré fue lo siguiente:
- Cable negro: Mostraba 230v desde que se seleccionaba alguno de los programas de lavado (incluso antes de iniciar el lavado).
- Cable azul: Mostraba 230v cuando el bloqueo de puerta se había hecho efectivo (tarda uno o dos segundos en bloquearse físicamente).
- Cable rojo: Por descarte, es neutro. Además, usando un buscapolos, lo confirmé.
La centralita de la lavadora parece que envía 230v por el cable negro siempre que se haya seleccionado algún programa, conecta el cable rojo a neutro cuando solicita el bloqueo de la puerta, y detecta mediante el cable azul que la puerta se ha bloqueado correctamente.
Ya que yo necesitaba un neutro conectado directamente a la red para usarlo de referencia con el cable azul, lo tomé directamente del cable que alimenta a la centralita, por lo que volví a aislar el cable rojo (con celo… no tenía cinta aislante a mano… profesionalidad ante todo :))) y empalmé tres cables nuevos a los tres cables cruciales. Necesitaré alimentar el controlador que meta en la lavadora para conseguir la tan ansiada inteligencia (fase y neutro, o sea, cable negro y cable neutro que viene del enchufe) y también el cable azul, para detectar cuándo se ha bloqueado la puerta.
Con esto, dejé preparada la lavadora para cuando, en un futuro, tenga mi controlador mágico, sea solo cuestión de conectarlo y listo 😉
Cerré la lavadora (por eso de seguir usándola y tal) y me puse a pensar en qué usaría como controlador. Cosa que os mostraré en mi siguiente entrada 🙂
